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EP084: Juan Gabriel et al, Inc. (Parte I)

El pasado 28 de agosto de 2020 marcó más de cuatro años desde que el famoso Divo de Juárez pasara a mejor vida a sus 66 años. No sé cuál de sus facetas tomaba más admiración del público, por supuesto incluyéndome: cantante, compositor, showman y/o benefactor altruista. Admirable en toda su trayectoria, en todos sus logros. Chavela Vargas dijo: «tú puedes ser lo que sea en México, puedes hasta jotear si quieres, pero siempre y cuando lo hagas sobre un escenario; abajo de él ni se te ocurra o te destruirán». Pues en eso no escatimó nuestro amado JuanGa. Fulgoroso y flagrante en sus conciertos, no había límite a la fastuosidad de sus vestuarios, mucho menos a la teatralidad de su interpretación. La adoración de su público crecía proporcional a su entrega. El poseía esa simbiosis público-artista que hace salivar de ambición a todos los que se dedican a la cantada. Era impresionante ver cómo tenía total comando de su público y la gente se sentía consentida y muy apapachada por él, mientras más les cantaba más le aplaudían y le pedían más minutos de show. Cuántos artistas anhelan ese poder y a veces no lo consiguen ni en toda una vida de trabajo. Y es que el talento en este arte se tiene o no se tiene. Así de fácil. Rapidito se detecta cuando está ahí pero más rápido aún se cancela cuando está ausente. Porque hemos visto a tant@s llegar y arrebatarnos el corazón en un gran destello debutante para luego decepcionarnos al fallar en su segunda tournée.

No así Juan Gabriel. Creo que si vemos su legado, es difícil determinar qué lo hacía brillar más: su capacidad como compositor o su talento para entretener. Casi siempre pensamos en la segunda ya que es la más inmediata al corazón y al recuerdo. Sin embargo, quise escribir sobre su enorme genio como autor de las más bellas canciones que se encuentran en el cancionero de habla hispana.

Se dice que Juan Gabriel compuso para él y para otros cerca de 1,800 canciones en total. Era 1971 cuando su primer canción titulada «Noche a Noche» fue grabada en voz de la tía de Pepe Aguilar, Queta Jiménez, «La Prieta Linda», y fue como un regalo por su ayuda a que él pudiera salir de la cárcel de Lecumberri en aquellos tiempos. Fue poco antes de esto que Alberto Aguilera Valadez iba por el nombre artístico de Adán Luna cantando en pequeños bares juarenses como uno llamado «El Noa Noa». Sin embargo, no fue sino hasta que firmó su contrato con RCA Víctor el 4 de agosto de este año que decidió cambiarlo por el de Juan Gabriel, en honor a su maestro Juan Contreras y a su padre, Gabriel (nunca se supo si su papá murió en el hospital psiquiátrico o logró salir de él en algún momento).

Queta Jiménez «La Prieta Linda» y Juan Gabriel
en el estudio de grabación ca. 1971

La misma Queta Jiménez reconocía siempre el indiscutible potencial de Juan Gabriel, tanto que accedió a grabar un disco completo con canciones de su autoría. Poco después en el mismo año del ’71, Juan Gabriel ahora en las filas de artistas de RCA Víctor produce su primer disco, «El Alma Joven» en donde se incluye la canción «No tengo dinero», la cual fue tan exitosa que no sólo vendió más de dos millones de copias, sino que también se grabó en los idiomas japonés, portugués y alemán. A partir de ese gran éxito Juan Gabriel continuó su carrera en los setenta con álbumes que incluirían exitazos que al día de hoy son memorables y aún reproducidos en streaming:

1972: Uno Dos y Tres (y me das un beso)
1975: A mi guitarra
1978: Siempre en mi mente, Aunque te enamores, Mi fracaso (Estas canciones repartidas en dos discos ese mismo año)
1979: Me gusta bailar contigo, Buenos días señor sol
1980: El Noa Noa, He venido a pedirte perdón, Yo no nací para amar, Te sigo amando, Inocente pobre amigo, La diferencia (Este año produjo TRES álbumes, dos de ellos sólo con canciones rancheras; siendo de más éxito el que hiciera con el Mariachi América de Jesús Rodríguez)
1981: Con tu amor

En este periodo de sus primeros diez años de carrera es que conoce a Rocío Dúrcal. Fueron presentados por la misma disquera ya que tenían la encomienda de introducir a la cantante española en el mercado mexicano a través de la música vernácula. El genio de Juan Gabriel era el vehículo ideal con sus composiciones, así que en 1977 grabó Rocío Dúrcal su séptimo álbum de estudio y el primero con Juan Gabriel. Fue tal la química entre ellos y por ende el éxito que tuvo este primer esfuerzo colaborativo que de 1977 a 1981 Juan Gabriel le produjo a Rocío Dúrcal un disco por año con canciones tan icónicas como «Tarde», «Me nace del corazón», «Me gustas mucho», «Ases y tercia de reyes», «Juro que nunca volveré».

En lo personal, la admiración que tengo por Rocío Dúrcal es sin igual. Para mi ella es la mejor voz que haya yo escuchado en cantante femenina hispano hablante sin discusión; pero cuando la veía interpretar, entonces todo se detenía. Si ella hubiera vivido la época de hoy llena de tecnología, ni un solo celular habría estado apagado y sin grabar cuando ella cantara. Sus movimientos, su entrega, la ejecución de cada verso con esa voz te erizaban la piel; y si esa interpretación coincidía con que era una canción de Juan Gabriel, la vida terminaba y empezaba ahí mismo otra vez. Suena intenso… porque en verdad lo era. La marca de discos vio de inmediato la mina de oro en la que estaban sentados y decidieron echar a andar la caja registradora y la fábrica de éxitos.

Cuando hablo de Juan Gabriel en esta etapa de sus primeros diez años, no creo que haya él compuesto menos de trescientas canciones. Compuso para sus propios discos y también para otros artistas que al parecer hacían fila para que él les convidara algunos de sus tracks. Estela Núñez («Lágrimas y Lluvia»), Roberto Jordán («No se ha dado cuenta», Angélica María («Tu sigues siendo el mismo»), Lupita D’Alessio («Juro que nunca volveré»), José José («Ya lo pasado, pasado»), tuvieron la fortuna de grabar composiciones de JuanGa y definitivamente fueron de los highlights de sus repertorios durante esta década.

En este periodo de 1971 a 1981, Juan Gabriel también filmó cinco películas, lo cual era una evidencia más de que era ya sin duda el hombre del momento. Precisamente aquí es donde quisiera exponer qué me motivó a escribir este artículo. Juan Gabriel tuvo en su carrera dos pausas o más bien ausencias. La primera de ellas fue de 1987 a 1994. La segunda de 2003 hasta 2010. La primera fue la más misteriosa e inexplicable ya que sucedió en el momento más importante y clave del artista. Si bien los setenta fueron extraordinarios para Juan Gabriel, los ochenta fueron simplemente fuera de este mundo. Pocas veces he visto algo similar, y no hablo nada más de música en español sino de todo el universo musical contemporáneo. Detallaré el porqué de esta aseveración más adelante. He tratado de explicarme este raro suceso en la vida artística de Juan Gabriel, el porqué de este paréntesis creativo en plena cúspide profesional. Tengo una teoría, la cual, y de acuerdo a la investigación que hice para esta entrada, aparece algo validada sobre todo por el hecho de que hay demasiada secrecía al respecto. Oficialmente este paro productivo de Juan Gabriel se debió a un problema con BMG México en ese momento que, cuando fusionó a RCA y a Ariola en una sola descubrió alguna clase de problema con el catálogo del cantante y le congeló la propiedad y regalías de más de 400 canciones, incluidas la mayoría de sus canciones setenteras y todas las canciones producidas bajo el sello de Ariola en los ochenta. Evidentemente esto no dejó a Juanga nada tranquilo y la pugna comenzó. Esa es la versión oficial de todo. Sin embargo, la duda me surge: ¿porqué se sentiría la disquera con tal capacidad como para cometer esta intransigencia? Bien, repasemos un poco la productividad del autor durante estos seis años clave, desde 1981 hasta 1987:

1981: Su disco «Con tu amor» / Rocío Dúrcal canta a Juan Gabriel Vol. V / «Mentira» para Luis Miguel
/ «Cómo Cuándo y Porqué» para Angélica María
1982: Su disco «Cosas de Enamorados» / Rocío Dúrcal canta lo romántico de Juan Gabriel
1983: Su disco ·Todo» / Aída Cuevas canta a Juan Gabriel
1984: Su disco «Recuerdos II» / Rocío Dúrcal canta a Juan Gabriel Vol. VI / El álbum para Estela
Núñez «Con Amor»
1985: Lucha Villa canta a Juan Gabriel / «Abuso» canción para Daniela Romo
1986: Su disco «Pensamientos» / álbum para Rocío Dúrcal, «Siempre» / «De mi enamórate» canción
para Daniela Romo
1987: Su canción como sencillo «Debo Hacerlo» / Tres canciones para Lucha Villa, incluido el dueto
«Gracias al amor»
1988: Canción para Lucía Méndez, «Alma en pena» / Canción para Daniela Romo, «Dímelo» / álbum
para Isabel Pantoja, «Desde Andalucía»

Las canciones de 1988 muy probablemente fueron preparadas y editadas en 1987, lo cual estresa más el punto de su prolífica inventiva. ¿Cómo puede un artista generar 140 composiciones en unos 6-7 años no sólo para sí mismo sino para otros más? Estoy hablando aquí de muchos niveles de creación musical incluyendo composición, arreglos, mezcla y producción así como promoción, videos, entrevistas y en aquellos tiempos tenía el artista que aparecer con Memo Ochoa, con Verónica Castro, con Ricardo Rocha, con Raúl Velazco porque de no ser así era como un árbol que cae solitario en medio el bosque. Por añadidura, la preparación e interacción con los otros artistas para lograr el producto perfecto así como la intermediación con la disquera para cederles estas canciones seguro tomaba una buena cantidad de tiempo para llevarse a cabo. En fin, esa década fue sin duda un cañón de éxitos y proyección para Juanga que lo hicieron simplemente ubicuo e inescapable tanto en audio como en video. En especial porque esas 140 canciones eran éxitos de radio o lo suficientemente buenas como para seguirlas escuchando sin parar en el reproductor de cassettes del auto o de la casa.

Entonces, si para ese momento Juan Gabriel era el artista más importante de América Latina e imparable en su dominante éxito, ¿porqué detenerse justo en el mejor momento de su carrera? ¿Porqué renunciar por casi 8 años a ese privilegio? Adicionalmente a su pausa productiva, un nuevo misterio sin resolver se sumó a la ecuación: su inminente quiebre con su musa, Rocío Dúrcal allá por 1987. Existen cualquier cantidad de versiones y especulaciones del porqué esta relación se terminó. Una de ellas es concurrente con la de «problemas con la disquera», la cual vino de labios de la misma intérprete. Nunca ninguno de los dos explicó este asunto a detalle, todo lo manejaron en extrema secrecía y se lo llevaron a la tumba. Lo cierto es que cuando ella murió, Juan Gabriel no contactó a nadie de su familia para dar el pésame y que el disco que hicieran en 1997, «Juntos otra vez», fue presentado al público por separado, Rocío en España y Juanga en México.

Regresando al tema y como comentaba anteriormente, la versión oficial (y escueta) de la pausa musical de Juan Gabriel en estos años fue que habían serios desacuerdos con la disquera BMG respecto a las regalías de sus canciones. No parece ser información suficiente, ¿verdad? Pero aquí viene el centro de mi teoría: todas estas canciones, todas estas producciones, me resulta increíble pensar que una sola persona podría ser capaz de realizarlas, ya mero para sí misma olvídate respecto a otros más. Sin embargo, el prestigio y la garantía que representaba la marca Juan Gabriel en el público para ese momento era sumamente valioso como para no explotarlo al máximo. Soy de la idea de que el Juan Gabriel compositor ochentero fue en realidad un grupo de personas contratadas y fondeadas por Ariola para así generar todas estas canciones y ofrecerlas al público a través de canales igualmente populares, siendo la más emblemática la misma Rocío Dúrcal. A Ariola ya le había costado llevar a Rocío a la cima de la popularidad. Ya le había costado invertir en este equipo productivo para Juan Gabriel, en donde él supervisaba sus avances y se aseguraba de corregir letras y música para dar su «toque» personal en forma de versos redundantes y característicos como «eres muy buena tú», «estoy enamorado yo», por ejemplo.

El resultado final eran estas melodías en un lenguaje cercano a la gente, con mensajes muy llegadores ya sea de despecho, de enamoramiento y sobre todo, de agradecimiento, uno de los temas más recurrentes en la composición de sus canciones. Cuando al fin se llegó el momento de cobrar regalías, BMG, la nueva tenedora de sus canciones, muy probablemente se negó a dar el 100% al cantante argumentando que en realidad esas canciones les pertenecían a la Compañía ya que ellos habían sido los que pagaron por su diseño y creación. No me sorprendería que en el punto más álgido del pleito acudieran con Rocío Dúrcal a explicarle que si no quería poner su carrera en pausa también mejor se hiciera de la vista gorda y volteara a otros compositores como Marco Antonio Solís, «El Buki» para continuar su momentum de éxito. Me pregunto cómo se habrá sentido Juan Gabriel descubriendo esta nueva realidad que le estaban asignando.

He hablado con algunas personas relacionadas con el asunto en aquel momento pero lamentablemente nadie tiene suficiente información acerca de este asunto como para dar una luz verdadera de lo sucedido. Esto deja abierta esta especulación que mantengo, sin embargo, si alguien sabe más al respecto me gustaría escuchar otros puntos de vista.

El tema de Juan Gabriel me dejó intrigado conforme iba avanzando en mi investigación. Quizás por esta razón he decidido hacer una segunda entrada en la cual me referiré a su única pero contundente producción durante su primera pausa, Bellas Artes (1990); asimismo a su segunda ausencia de siete años (2003-2010) y finalmente a sus últimos años musicales algo desconocidos para nosotros (2010-2016), incluida la decepción hacia María de la Paz Alcaraz, quien fuera en algún momento su representante y una de sus más queridas amigas.

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