Cultura Pop, Food 4 Thought, People

EP035 Pop Real

Por muchos años fui fan, defensor y precursor del fenómeno diva pop que conocemos como Madonna.  Tanto así que me sé no sólo los nombres de cada canción de todos sus discos sino hasta el orden en que van a ser reproducidos.

No la vi en vivo sino hasta su Sticky and Sweet tour en Houston, Texas por ahí del 2008.  Recuerdo que pocas veces había sentido tanta expectativa por ver cantar a alguien en vivo. El show para nada me decepcionó, aunque sé que no le llegaba a lo que habíamos visto antes en Confessions on a dance floor del 2006.  Es más, no creo que haya nada que iguale al concierto ligado a ese disco, en mi debatible opinión, el mejor de ella.

Cuando llegó el disco MDNA, también fui a verla en vivo a Miami, y ahí sí pensé que el concierto nos ofreció partes muy buenas, otras no tan buenas y algunas más verdaderamente olvidables.  Muchos críticos de música opinan que ese ha sido su peor álbum. (Para un servidor, creo que American Life es todavía peor).  Después de un par de años, Madonna trató de explotar un concepto en el que la mitad de su disco serían canciones «rebeldes» y la otra mitad serían canciones «del corazón»; en otras palabras, «Rebel Heart».  Ok, aquí es donde las cosas para mi ya dejaron de ser «re-invención» y más bien se trató de seguir indistintamente a quien estuviera en la cúspide de la creatividad musical del momento. Madonna eligió y buscó a quien la maquinaria de la popularidad estuviera obedeciendo para así colgarse de su sonido y aportar una colaboración formulada para el éxito.  Esto ya lo venía cocinando desde Hard Candy (Pharrel, Kanye West, Justin Timberlake, Timbaland y en MDNA (Martin Solveig, William Orbit, M.I,A, Nicki Minaj).  Toda esta gente eran los que determinaban el sonido musical en ese año ya sea en electrónica, pop o hip hop.  Sin embargo, en Rebel Heart es donde vi de plano un abuso de esto dejando atrás ese concepto con el que crecí respecto a Madonna: la artista pop que definía el sonido que escucharíamos todos en la escena musical por los próximos años.  Lo hizo por todos los 80’s (Like a Virgin, Lucky Star, True Blue), lo hizo aún mejor por todos los 90’s (Like a Prayer, Erotica, Bedtime Stories) y fue insuperable en los 2000s (Ray of Light, Music, Confessions on a dance floor).  En Rebel Heart vi un disco totalmente errático, el sonido era ecléctico pero nada cohesivo.  Aquí ella parecía la follower y no la trend setter y aunque el disco logró colocarse sólo por una semana en el número 1 de Billboard, los esperados No.1 singles no llegaron (Living for love alcanzó No. 1 en lista Dance únicamente) y su infame caída en su presentación en vivo televisada de los Brit Awards parecía un mal presagio.  No obstante, al final, la reina es la reina y no sólo se ha levantado de todas, ha sobrevivido exitosamente todas.  En Rebel Heart, donde el desfile de colaboraciones provenían de variadas influencias (Avicii, Nicki Minaj, Chance the Rapper, Diplo, Nas, Alicia Keys y Mike Tyson);  parecía que Madonna y sus productores habían diseñado estos tracks y los pusieron a prueba previamente con el público a ver cuál iba a ser lo más acercado al gusto general. Recordemos las filtraciones (?) de temas previos al lanzamiento y posteriormente los adelantos a través de la plataforma iTunes.

En su próximo disco programado a salir en junio 2019, la Madge se reinventa nuevamente adoptando un alter ego tal y como lo hicieron Beyonce con Sasha Fierce, Lady GaGa con Jo Calderone, Garth Brooks con Chris Gaines, o hasta el mismo Bowie con Ziggy Stardust.  Nos fue dosificando cuatro canciones de este nuevo disco llamado «Madame X» previo a su lanzamiento. De entrada vemos que tres de las cuatro rolitas traen colaboración en voz (Maluma, Swae Lee, Quavo) aparte de música de diseñador por Mirwais y Diplo.

No sé qué esperar del disco musicalmente hablando, pero comercialmente, es un hecho que lo que veremos será un sold out de su gira, habrán muchas descargas por internet de algunos de sus tracks, especialmente de aquéllos que vengan en versión remix.  En última instancia, Madonna es una empresa que tiene mucho branding y que fue construido por décadas y de la cual mucha gente hace dinero, por lo tanto, carretillas de dinero se van a invertir para que siga dando elevadas ganancias hacia el futuro. En consecuencia, el éxito está casi asegurado.  CASI.  Madonna es una marca como Vuitton, prestigiosa y establecida… pero vieja; por esa razón mientras más pasan los años, más atemporal es en sus diseños; se cuidan los detalles y se establece más su valor por su percepción de clase.  LV no busca ser la moda dominante, y aunque es una de las marcas de alto precio que más vende a nivel global, la marca siempre buscará prestigio antes que popularidad.  Creo que ese es el momento de la marca Madonna, pero es precisamente ese cajón del que ella desea alejarse. Esa persecución que trae la edad que amenaza su pérdida del coolness, de su vigencia.  Mientras que ha pasado toda su carrera re-inventándose, hoy vemos que los artistas que más atraen son aquéllos que se muestran tal y como son (e.g. Billie Eilish, Ed Sheeran, Adele, Dua Lipa, Shawn Mendes, Rita Ora, Drake).

medellin

En Madame X vuelve a buscar otra personalidad, más pangeica, más indefinible aún que las que ya le hemos visto. Mientras tanto, seguimos viendo conductas rebeldes, a veces erráticas, en su vida personal.  Conductas que pocas veces vemos en personas de 60 años y esto es lo que la vuelve headliner cada día que así lo desee, más o menos como Donald Trump. Habrán detractores que le critiquen su incongruencia de edad versus comportamiento, como si hubiera un código de conducta para cada década de edad pero aquí es cuando ella sale ganando: ¿porqué nadie debería comportarse como los demás esperan sólo por tener una determinada edad? Y esto aplica a todas las edades en general y que ella lo defienda con su propia experiencia y vida es lo que la hace tan valiosa como ícono pop contemporáneo.  Es en el aporte musical donde las cosas son diferentes y donde la evolución se demuestra.  En el caso de esta diva es fácil entender porqué sus críticas tienden a invadirle simultáneamente ambos terrenos, el personal y el musical, ya que es tanta la exposición y la evidente sed de popularidad. Alguien comentó en un foro: «¿porqué si Cher es más vieja que Madonna a ella le siguen echando porras y la adoran y nadie la critica igual y sigue llenando sus conciertos?»  Supongo que la respuesta es que Cher no mendiga y mucho menos exige su popularidad. Hay discos recientes de Cher que salen al mercado sin una pizca de publicidad y que ofrecen una calidad musical representativa de ella. Ejemplo muy claro de esto es el disco de covers Abba de 2018, Dancing Queen,  o incluso su anterior, Closer to the truth (2013); ambos con canciones que seguro no son del agrado de todos pero que son fieles al concepto que los fans tienen de Cher y que le llenan sus presentaciones por igual.

Nada me gustaría más que ver un éxito en Madame X, que sus rolas me impresionen y quiera escucharlas una y otra vez. De entrada, de las cuatro canciones que ya nos compartió sólo me han gustado dos, «Crave» y «Future»; quizás porque suenan como canciones de Rita Ora y de Rihanna, respectivamente.  Quizás lo que realmente quiero decir es que, antes que a Madame X,  por una vez en la vida y después de tantos años me gustaría ver y escuchar a Madonna Louise Ciccone tal cual, como ella es… o más bien ¿cómo ella sería?

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