Cada fin de año me echo el clavado para sacar el recuento de lo mejor y peor que salió en cine, series, música. Pues bien, cada año se ha venido haciendo más retadora la tarea. No bromeo, antes era mucho más simple. La cantidad de producciones era menor, las vías por las cuales ver también y sobre todo, por alguna razón la cantidad de obras de calidad también era poca. Pero ahora, aparte de las pantallas grandes con taquilla, tenemos también múltiples servicios de streaming con millones de horas subidas de contenido, mucho del mismo de muy alta calidad. Es más, en 2022 pude sentir mayor urgencia por parte de las productoras en series y no en largos, pero de eso hablaré más adelante. En cuanto a música esta situación se profundiza, no alcanza todo el tiempo del año para escuchar toda la música nueva que salió. En lugar de uno o dos servicios de streaming, tenemos múltiples plataformas digitales: Spotify, Apple Music, Tidal, Deezer, SoundCloud, Pandora, Amazon Music, Google Play, hasta el otrora odiadísimo Napster. Así que el reinado de YouTube terminó hace un buen rato. Me encanta que ahora podemos escuchar música de literalmente todo el mundo por un precio fijo, cuando tan pronto a principios de siglo se tenía uno que gastar cientos de dólares para tener acceso a este tipo de música. Para nuestra fortuna, esta facilidad de promoción está siempre acelerando y los usuarios estamos respondiendo a la par. Cada servicio ofrece distinta paga a los artistas de suerte tal que, los nuevos talentos tratan de posicionarse en donde a) Tengan más exposición y b) Ganen un dólar lo más rápido posible. ¡Qué increíble que el antes boicoteado Napster haya resurgido ofreciendo la mejor tarifa para los artistas! Así que la competencia entre artistas y servicios está que arde. Muestro aquí esta arena de streamings:

¿Cómo saber quién fue el responsable de lo mejor y lo peor de 2022 en música o cine o TV con tantos números disponibles en todas estas vías?
En los podcasts se agudiza la situación puesto que la audiencia monopolizada por los shows de comentaristas reconocidos y con respaldo de emisoras de radio se ha liberado y ahora pueden elegir de entre miles de programas, temas y hosts, muchos de ellos incluso neófitos en la materia que hablan, pero amenos cada minuto. Vemos opiniones de todo tipo y shows como el de Joe Rogan, lleno de controversia y dudosas opiniones, se ha destapado como el rey de los podcasts. De cualquier manera, prefiero tener todas las opciones posibles y prescindir de la censura o las exclusividades de antaño.

Así que, en 2022 mis listas de lo mejor y lo peor del año tendrán que cambiar de enfoque y quizás deba agregarles al final las palabras «de lo que pude ver/oir». Este año, también debo agregar una leve lista adicional. Se trata de las decepciones del año. Dadas las prisas de producir miles de horas de contenido, la multitud de escritores detrás de un proyecto y/o la mescolanza de directores por serie; muchas de mis más esperadas producciones o se quedaron cortas o entregaron algo que se desbocó en otra dirección dejando como resultado algo con mucho qué desear. No son lo peor del año de ninguna manera, pero en definitiva lo que brindaron fue distante a lo que se esperábamos.
En este departamento debo incluir los siguientes proyectos:
- Sé que más de uno estará en desacuerdo pero dos o tres concurrirán conmigo: «Merlina». O sea, la serie no es mala, muy lejos de estar en lo peor, pero se tomaron tantas libertades con el personaje que en efecto, debe de ser entrañable entre la audiencia meta. Cuando veía «Los Locos Addams» (1962) en blanco y negro, Merlina era un personaje lindo pero nada comparado con lo que vimos por parte de Tim Burton: Condescendiente, agresiva, oscura, street fighter como Batman y ¡hasta vidente!. Creo que lo único que quedó de lo original fue su gusto por la vestimenta negra, las trenzas y el baile a go-go. Pericles también sufrió un cambio: él era un niño regordete y piromaníaco. Ahora es el gordito bulleado, defendido por su hermana y hasta introvertido. Yo no recuerdo a Homero tan grotesco, pero más daño me hizo ver a un Tío Lucas tan soso y gris. Odié que Christina Ricci, la Merlina que le dio su lugar al personaje, apareciera como este personaje locuaz pero irrelevante (sin spoilers aquí). Cierto que la serie es Harry Potter, Sabrina y Riverdale en una licuadora, pero eso no me molestó. Sólo ver a estos personajes tan queridos cambiar por completo de lo que los Addams siempre fueron. Eso sí, debo reconocer que la actriz Jenna Ortega cargó con dignidad el gran peso del papel y su trabajo es admirable de verdad.
- La fórmula de las bioseries está siendo replicada una y otra vez y cada una de ellas disminuye en calidad como si fuera telenovela de Televisa. Este año «Bosé, yo seré» no fue la excepción. Producida en parte por Pepe Bastón y Toño Mauri, entre otros, nos da este doble tratamiento donde una mitad de la serie vemos a un Bosé joven y ambicioso y la otra, a un Bosé maduro, algo hastiado y con una acidez de vida que hace que todas las escenas en este plano sean irrelevantes y cansadas, especialmente el interminable episodio de cuando muere su padre. Aparte, al igual que la serie de Luis Miguel, se aprovechan del proyecto para ejercer el RP de control de daños: Bosé no es gay, es bisexual, tanto que embarazó a una chica y le bajó una amante a Julio Iglesias; Bosé no tiene SIDA, es más, ni seropositivo es; a pesar de todo Bosé sí amaba a su papá y a su mamá por encima de todo. ¡Por favor! A otro perro con ese hueso. Por mi, la parte que retrata la juventud de este ídolo (ex-ídolo para muchos después de todos sus erráticos desplantes durante la pandemia) es lo interesante de la serie y que finalmente la salva de caer en lo peor de lo que vi en 2022.
- My Policeman se trató más de validar a Harry Styles como actor (al parecer un propósito de la industria para 2022) que de resaltar el regreso de Rupert Everett a las pantallas. No se me hizo suficiente ni como película LGBT ni como drama por sí mismo. Terminó siendo algo aburrido, sin tensión narrativa verdadera; no sé si hubo pereza o cautela en el guión ya que esta historia de amor a través del tiempo pudo haber dado más. De pronto sentí que la peli era un vehículo «woke» y que con sólo verla te convertiría en alguien cool. Mientras se me hace muy loable explorar la situación discriminatoria gay en los cincuenta, me hubiera gustado que lo hicieran con más profundidad en los personajes y con un cast no tan universalmente famoso como lo fue Styles personificando al policía. Supongo que con otro actor las horas de streaming del film no hubieran sido iguales, lo cual es el principal interés para Amazon. No obstante, ojalá Everett siga tomando más roles en esta nueva era del cine y la TV ya que es un excelente actor que en este vehículo, lamentablemente, se desperdició.
- El gabinete de las curiosidades de Guillermo del Toro. Todo el año esperando su estreno con ansia. Realmente quería no sólo que me gustara, que me arrastrara. Vi que el primer episodio era uno de los dos basados en cuentos de Guillermo. Asumí que sería uno de los mejores de la serie, por lo que quise aclimatarme en la atmósfera previamente viendo algunos otros. Elegí «The Outside», la historia de una mujer que lucha por pertenecer al círculo de «las bonitas» con un resultado devastador, en especial para su marido. Aunque no es malo, el episodio me pareció como si perteneciera a otra serie como «Twilight Zone». Después vi «Pickman’s Model» también con mucha curiosidad por ver al excéntrico actor Crispin Glover (el que hizo de papá de Michael J. Fox en «Volver al Futuro») en un rol más maduro. Su actuación no decepciona, pero es la historia la que le pudo dar más y me hizo batallar un poco para mantener la atención. Enseguida vino «Dreams in the Witch House» con el ex-Harry Potter, Rupert Grint. Ver estas dos historias basadas en cuentos de Lovecraft seguidas tuvieron un inescapable efecto soporífero. Cuando desperté en medio de la noche frente al televisor mostrando la leyenda «¿Aún sigues ahí?» era obvio lo que había pasado. Regresé un par de días después para ver los primeros dos episodios, en definitiva esta no es una serie que provoca la glotonería televisiva. Me gustó más el segundo capítulo que el basado en el cuento de GdelT. Su historia debió gozar de más tiempo que 50 minutos, por eso no funcionó al final. Así como todo el proyecto. Se nota que hubo prisa, se nota que hubo un contrato que cumplir. No obstante, no es algo que deba estar en la lista de lo peor, es sólo que decepcionó un poco.
- El Club de la Medianoche fue una serie creada por el genial Mike Flanagan (me considero fan), mismo que me trajo mi serie favorita de 2021, La Misa de Medianoche. En este nuevo proyecto se basó en las novelas de Christopher Pike dirigidas al segmento «young adults», mismo público target de «Merlina», por mencionar alguna (sin intención de agraviar). Entrado el tercer episodio supe que algo ya no marchaba bien. Para el cuarto capítulo me habían perdido. Ellos también perdieron pues Netflix decidió no renovar para una segunda temporada. La producción es buena, pero la historia no atrapa lo suficiente como los tesoros que ha creado con anterioridad, quizás por el hecho de que el personaje principal no logra capturar simpatía o curiosidad suficiente del espectador. Estoy dispuesto a dar una nueva oportunidad mientras espero impaciente por el estreno en 2023 de «The Fall of the House of Usher» basado en una historia de Edgar Allan Poe. (Ya hubo algo de chisme porque al actor Frank Langella («The Handmaid’s Tale»), quien tenía el papel principal, lo corrieron a mitad de filmación por mala conducta (?).
- Cuando la serie de «Westworld» se estrenó por HBO allá por el último trimestre de 2016, la producción y el elenco que incluía a Sir Anthony Hopkins, Ed Harris y Evan Rachel Woods, crearon tanta expectativa que se convirtió en el flagship de la empresa. No decepcionaron. La serie basada en una historia del fallecido Michael Crichton («Jurassic Park») fue verdaderamente un hito de la televisión. La historia continuó por varias temporadas más hasta llegar este año a la número cuatro con un claro declive en su historia hasta convertirse en una mezcolanza de esto y aquello sin ton ni son. Tanto decepcionó a HBO Max que no sólo cancelaron lo que sería el epílogo de una quinta temporada, sino que también quitarán por completo del catálogo toda la serie, lo cual se me hace, por decir lo menos, una afrenta traicionera a todos los involucrados en el proyecto y al público que quiera ver aunque sea por curiosidad. Fue una decepción del 2022, pero no tan devastadora así como para borrarla de la faz de la Tierra como si nunca hubiera existido. Irónicamente, los androides sobrevivieron todo menos a su propio creador, HBO. QEPD Westworld.
En la próxima entrada compartiré lo mejor que pude ver y escuchar en 2022 que, por fortuna, siempre se siguen creando nuevas joyas que con el paso del tiempo se convierten en eso que nos gusta llamar «los clásicos.»





