
En alguna etapa de mi vida el cambiarme de vivienda se hizo tan frecuente que llegó un punto en el que ni los huevos sacaba del refri, le amarraba cinta canela todo alrededor y que se lo llevara la mudanza. La verdad era una reverenda lata ese proceso. Supongo que no estoy solo en ese sentir. Finalmente llegó el día en que me cambié a mi propia casa y aunque era emocionante, el proceso igualmente fue extenuante. Estaba todo a medio terminar pero me instalé como centro de acción en mi recámara y de ahí empecé hacia afuera a ir acondicionando y terminando las demás áreas. No necesito decir que eso resultó interminable y al día de hoy sigo haciendo mejoras y cambios. Después de 16 años ahí, no me imagino ahora cómo sería hacer un cambio nuevamente a otro lugar, sólo pensarlo me da una pereza universal.
Así tal cual me siento ahora mismo por el cambio de auto. Esto sí es más seguido que cambio de residencia, pero no menos estresante. Con tantas marcas y modelos ya no sabe uno qué elegir. En las agencias se desviven porque hagas una prueba de manejo pero a la hora de la compra me ha tocado que el vendedor dice cada mentira y comete cada error que bueno, sólo se aumenta el pesar de este cambio. ¡Y qué tal con el tema de vender el anterior! COVID19 se ha encargado de obstaculizar todo este proceso que estoy casi listo para detener todo y postergarlo hasta nuevo aviso.
La verdad hasta mal me siento buscando un nuevo vehículo, veo toda la crisis a mi alrededor y me siento como un inconsciente. Mi auto es una RAV4 de Toyota modelo 2014. El bebé jala maravillosamente, no le duele ni le falta nada y seguro me aguantaría dos o tres años más. ¿Porqué la necesidad del cambio? Pues cada año que pasa menos dinero de retorno valdrá y aparte, como una estrategia fiscal de deducibilidades. ¿Vale la pena todo esto? Conozco gente que no tolera traer un carro de más de tres años de viejo, al igual que tengo amigos con coches de más de diez años.
Consideré unas 4 marcas: Toyota nuevamente, Mazda, Hyundai y Kia. Descarté BMW, Audi, Mercedes porque para los trotes al que someto mi vehículo, simplemente no creo me aguantarían, amén del costo de sus servicios y piezas. Dejé en el tintero Lincoln y Acura. Honda no me despertó la suficiente curiosidad.



Después de considerar los costos, los mantenimientos, las especificaciones y no tanto la línea del vehículo, me incliné por repetir Toyota, mismo modelo en su versión deportiva Adventure color azul. Me acerqué a la agencia y resultó que ese modelo en particular no lo están produciendo en azul ya que es orden especial y la planta no está tomando órdenes así debido al COVID (TODO lo decepcionante que pueda suceder en las empresas hoy día se debe al COVID, como que se convirtió en la excusa del día y perfecta) y que aparte tendría que esperar alrededor de 45 días después de darles un anticipo de $20,000 pesos para que me la entregaran. Entonces revisité el internet y me puse a ver fotos de la camioneta en cuestión y como que ya no me gustó tanto. Aparte que no me daban un peso de descuento ni pagándolo en efectivo y mi actual coche lo querían tomar a una cifra tan baja que casi tendría que poner un 10% más del valor total para completar el nuevo.
Ya no sé qué pensar, me siento confundido. Como asesor financiero, sé que un auto es un pozo de dinero y que cuando cuentas con uno que no representa una carga, mejor mantén la situación lo más que puedas. Por otro lado, uno quiere cambios en la vida y sentir que hay progreso. La pandemia no ayuda a mi decisión que la pienso a ratos como hasta de irresponsable (!!!) Después me llegan ideas aún más abstractas (o absurdas) de que la energía fósil se va a mega encarecer y luego terminar y que todos los carros con motores de combustión van a pasar a ser basura obsoleta.
Soy ahora mismo un consumidor analizando su propia conducta: qué me desenamora, qué me soluciona, qué me engancha o que me incentiva a seguir prefiriendo, deseando, esperando. ¿El amor a la marca? ¿la facilidad para comprar? ¿la disponibilidad? ¿el valor de reventa en el futuro? ¿lo comercial de la unidad al momento de cambiarla? Son tantos factores que estoy revisándolos paso a paso, es un buen ejercicio y experimento personal para entenderme a mi mismo mejor en mis procesos de compra y a las marcas de cómo me guían o ayudan en mi decisión final.
Supongo que voy a detenerme, pensar un rato y seguir buscando la venta de mi actual vehículo a un precio justo y que el que adquiera sea tan bueno y tan lindo que lo quiera conservar como un buen caballo, todos los años que me permita. Sin importar cuánto tarde que las prisas y la neurosis todo lo complican. Mi contador será el primero que me cuestione pero es como es y ni pex.
¿qué recomendación o punto de vista tendrías tu?