¿Qué es el amor apache? No, en verdad, ¿qué realmente es ese concepto? Amor/Odio. A ratos amo, a ratos odio. Pero casi siempre los ratos de odio constituyen la factura a los ratos de amor. ¿Porqué alguien siente pasión por aquella persona que tan frecuentemente, si no todo el tiempo, también detesta? Bueno, empecemos por el hecho de que la pasión se puede manifestar en muchas modalidades: protesta, sexo, violencia, desenfreno, ira, venganza, auto-flagelación.
Quien esté atrapado en una relación así se habrá en algún momento detenido a contemplar porqué hace lo que hace y quizás en total consciencia diga: «sé que esto es tóxico pero no puedo evitarlo, no puedo imaginarme si sería más triste solo que con mi pareja una vez que la deje». OK, estoy asumiendo demasiado, la verdad es que muchos ni siquiera lo piensan; únicamente reaccionan. Y entonces, ¿a dónde te lleva una relación en la que sólo reaccionas? En definitiva existen amantes que antes de estar dispuestos a atender un deseo o favor de su pareja prefieren buscar a alguien más reactivo o de plano, pasivo.
El amor apache trae incluida la adicción. Es posible que el rush de recibir un insulto, una exhibida o incluso una forma de golpe físico pueda después ser opacado por el de recibir un beso, una caricia o un halago por parte de la misma persona. Se me hace difícil discernir si el vivir en una relación de amor apache se le da a gente de gran carácter o en total carencia del mismo. De cualquier manera, quise escribir un relato descriptivo de una pareja así. Está llena de serpientes, liendres y ajos; debo admitir que solté carcajadas al tratar de describir tal acidez de pareja. Aquí lo comparto, lo llamé «Gran Tronco»…
El Eco Personal 