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EP058: El amor es ciego. (sic)

«Love is Blind». Este era el título que veía enfrente de mi cuando buscaba poner fin a los 40 minutos que uno usa antes de seleccionar lo que verá en Netflix. Comienza el primer episodio.  Una docena de hombres y una docena de mujeres, todos atractivos por igual. Speed Dating todos contra todos al inicio.  Cada uno deberá conocerse al menos por unos cuantos minutitos antes de pasar a la siguiente persona.  El asunto es que todo esto ocurre siempre detrás de una pared.  La otra persona sólo escuchará la voz de su interlocutor(a) y así determinar si querrá más conversaciones con quien(es) más le haya(n) interesado.  Si esa otra persona también siente esa misma curiosidad, sus sesiones de conocimiento podrán durar horas. Horas de preguntas y respuestas, comentarios personales, chistes, secretos, lo que sea para conocerse a tal grado que terminen no sólo enamorándose, sino proponiéndose matrimonio (!!!) sin aún haberse visto ni en foto.  Algunos saldrán del experimento sin haber conocido a nadie nuevo pero otros obtendrán un compromiso de por vida y directo a una simulación de la vida real en pareja como prometidos ante amigos, familia y sociedad, esto por unas 4 semanas más antes de la boda misma.  ¿Qué tal? ¿Harías algo así?  En verdad, ¿qué se necesita para llegar siquiera a prestarse a ese laboratorio de amor? Cuando vi a las parejas que quedaron tuve muchas dudas, no tantas quizás como las que tuvieron los papás y los mejores amigos de los nuevos fiancés.

pods

Una de las parejas por ejemplo, se conocieron y todo era «I love you mil veces» y todo en lindo, pero tan pronto llegaron a Cancún en la segunda fase del show recreando una luna de miel adelantada y las cosas cambiaron repentinamente.  En una breve conversación, las palabras fueron subiendo de tono y de pronto el amor se tornó en un intercambio de insultos y hasta una bebida arrojada en la cara del tipo.  Todo esto en unos tres minutos.  Cuando las cosas son falsas y forzadas, la realidad sólo está esperando a salir de la maleza como un tigre con las garras de fuera.  Eso va desde el amor hasta la amistad y más aún en lo laboral.  Sin embargo, ¿porqué se llevan a cabo relaciones falsas y forzadas?  Creo que lo que nos lleva a ese punto de ficción y potencial hostilidad es cuando nuestra mente nos hace creer que necesitamos algo que esa relación nos puede dar pero que por dentro sabemos que muy caro habremos de pagarlo.  Cuando la urgencia entra en la ecuación, ufff ¡olvídate! más caótico será el resultado. Esto genera una tensión incremental que se torna una bomba de tiempo llena de toxicidad y de liendres.  Intencionadamente en este show pude identificar algunas de estas necesidades y urgencias de los participantes:

  • Una mujer que estaba casi en la calle y endeudada y aunque no lo admitiera, necesitaba un soporte financiero de otra persona.
  • Un hombre de 24 años que le urgía ante todo iniciar una familia y así continuar la tradición familiar mexicana del matrimonio prolífico y católico.
  • Una mujer que aunque independiente y bella llevaba una vida solitaria y siempre de viaje, sentía que a sus 34 años se le hacía tarde para que alguien se fijara en ella.
  • Un hombre que estaba determinado a construir un matrimonio y establecerse en la sociedad con este requisito ya palomeado.
  • Un hombre bisexual con un historial muy variado de noviazgos que necesitaba saberse valioso y apto para amar y ser amado.

Más o menos podemos sacar qué es lo que motiva a los participantes a buscar el amor aún en situaciones forzadas.  Cuando digo «participantes» no sólo me refiero a los del show… todos participamos.  Siempre he pensado que el matrimonio es como una empresa y que los socios deben tener un mindset de crecimiento mutuo.  Nunca me he casado, creo que tampoco he estado cerca siquiera de hacerlo y me he llevado cada sorpresita que para qué te cuento.  Pero creo que en cada intento llegan las lecciones a enseñarme cómo hacerlo mejor y a pesar de que a veces puedo pensar que es muy tarde para encontrarlo, desisto y protesto y allá voy de nueva cuenta.  El asunto es que no me doy por vencido pero por lo mismo también he elevado el reto perniciosamente.  Brené Brown sostiene que los más valientes son los que aún después de un corazón roto se vuelven a enamorar porque son los que conscientemente se colocan vulnerables otra vez.  Yo diré mejor vámonos equivocando pero que sea despacito, que prefiero lento que a ciegas.  Definitivo, en estas cuestiones del corazón y de los afectos, reglas es de lo que no hay.

Me falta ver el episodio final del show, el que mostrará todas las bodas y qué será de todos los participantes.  En el último, las mujeres se veían en ensueño mientras se probaban sus vestidos de novia y los hombres justificando muy serios sus motivos a sus amigos para ver si les creían. Todos sin excepción pregonan cómo el amor y el experimento los ha cambiado, cómo se sienten super diferentes a su antiguo yo, a su mañoso yo.  Pues mira que bien, suerte en todo para todos.  Aunque para mi, la gente en esencia, no cambia. Pueden quizás cambiar su conducta pero sólo será por un tiempo limitado. ¿Cuánto tiempo será esto? Pues hasta que consigan lo que querían de los demás.  Una vez que eso sucede, ¡bienvenidos de vuelta y con más bríos!

Que no nos decepcione la gente y si lo hacen, es porque en verdad no los conocíamos bien ni a ellos ni a sus motivantes. ¿O me puedo atrever a afirmar que más bien no queríamos hacernos conscientes de los nuestros?

love is blind

 

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