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EP038 ¿Nacional o Patriota?

Estamos a un día de la celebración del 4 de julio en Estados Unidos. El día de la Independencia que es siempre un día lleno de conmemoración y de fiesta por la patria para todos los gringos sin importar etnia, credos, orientaciones ni edad.

Sin embargo, este año parece ser que esta fecha será diferente. Este año, Mr. Trump está diseñando un despliegue militar en Washington con ejército, aviones (incluido el presidencial, el cual al parecer sólo se le llama «Air Force One» cuando el Presidente va a bordo) y ¡tanques de guerra! A ver cómo les va con los pavimentos de sus calles pero de entrada esto parece un desfile muy parecido a lo que Mussolini hubiera soñado en sus más desatadas fantasías.   Kellyanne Conway, la consejera más allegada a Trump aparte de su hija Ivanka (¡?), al ser cuestionada sobre este inusual y escandaloso giro, replicó al reportero: «Entonces tu no consideras que debamos celebrar acorde a la gran nación que somos?» Su respuesta era una trampa más parecida al fake news que cualquier news. Si alguien no está de acuerdo con este inaudito festejo entonces o es anti-americano o es casi un traidor.  La Casa Blanca se está saliendo con la suya y al parecer nada los detendrá en este desfile que Trump anhela y así llenarse de regocijo político al unirse al grupo de Kim Jong o Vladimir Putin o del dictador que se les parezca.

 

Esto me brincó lo suficiente como para revisar lo que es el nacionalismo y qué diferencia tiene con ser patriota.  Al final la palabra «nazi» es un diminutivo de «nationalistisch», que fue el concepto y nombre del partido de Hitler y que a pesar de haber pasado más de medio siglo no somos capaces de metabolizar.  Les comparto aquí lo que encontré sobre que es una y qué es la otra:

El nacionalismo es el movimiento y pensamiento de corte político que busca y exige el reconocimiento de una nacionalidad a través de un proceso de autodeterminación política.

El patriotismo es el sentimiento que una persona tiene por un país o un lugar, sea este natal o adoptivo y en el que el individuo se siente vinculado a “su tierra” por la cultura, el idioma o los valores que comparten.

Aquí entonces es donde viene el truco.  Es la línea que distingue uno del otro lo que Trump quiere borrar y desea que su pueblo adopte. Ese deseo de que su población deje de ser patriota y cambie a ser nacionalista. Es este el corazón del «Make America Great Again».  Es realmente el anhelo de su Presidente de que se destape este nacionalismo y vuelva a ser como era antes, cuando se podía discriminar libremente y sin consecuencias.  Ser nacionalista incluye un trasfondo muy agresivo ya que implica varias acciones negativas:

+ El nacionalismo trata de diferenciarse a través de su cultura, del idioma natal o del patrimonio cultural con el que cuentan.

+ El nacionalismo es un movimiento en el que las personas que forman parte de él sienten que su nación es superior en todos los aspectos al resto de países.

+ El nacionalismo encuentra sus raíces más profundas en la rivalidad y en cierto sentido, en el resentimiento.

+ El nacionalismo significa dar más importancia a la unidad por medio de un trasfondo cultural, incluyendo la lengua y el patrimonio. El patriotismo pertenece al amor por una nación, dando más énfasis en valores y creencias.

+ El nacionalismo sólo es capaz de ver sus virtudes, a la par que sólo ve los defectos del resto de naciones.

+ El nacionalismo tiene una naturaleza beligerante y de confrontación con el resto de los países.

El patriotismo en cambio, más que una actitud adquirida o afectada, es un sentimiento:

+ Un sentimiento de admiración hacia la tierra de la que uno se siente parte, en el que se conocen profundamente tanto la cultura como el estilo de vida que hacen de esa región un territorio único.

+ Un sentimiento en el que no existe ningún tipo de superioridad, ni acción discriminatoria.

+ Un sentimiento únicamente de vinculación y cariño con la nación de la que uno se siente parte.

+ Un sentimiento pacífico y no tiene pretensión política alguna.

+ El patriotismo se puede equiparar al orgullo que una persona puede sentir al formar parte de su familia.

Entonces, al ser patriota hay por ende un sentido de pertenencia, de hermandad por el simple hecho de ser de una nacionalidad, de haber nacido y crecido en un territorio. Nacionalista en cambio no permite este vínculo a menos que se comparta una ideología llena de prejuicios y desaprobaciones, de discriminaciones no sólo para los que son de otra nacionalidad, sino para los que no comparten esta convicción.  Los nacionalistas son propensos al insulto y están listos para degradar y responder agresivamente a cualquiera que los cuestione.

Este tipo Trump no puede resistirse a construir más su apellido y su Presidencia con eventos así para después presumirlos ya que nada ama más que decir el «nunca antes», «por primera vez», «sin precedente» a pesar de usar todos los recursos para su demagogia.  Más o menos como nuestros eventos masivos en México, donde lejos de incentivar ni un patriotismo menos un nacionalismo, nuestros líderes buscan más bien el culto a la personalidad y fomentar el branding de su Partido a través de acarreados, desfiles y parafernalia.

Siempre he pensado que a nosotros los mexicanos nos brota el patriotismo sólo cuando vivimos fuera de México por temporadas extendidas.  Tendemos a ser poco agradecidos con nuestro país, pero cuando se trata de inmigrantes centroamericanos, entonces sí que surge hasta el nacionalismo y discriminamos, denostamos y juzgamos.  Esto deja al descubierto una cuestión acerca de la migración ya que, si un inmigrante recibido en nuestro país hace una vida productiva y honesta aquí por el resto de sus días, ¿estará más cercano al patriotismo por México que por la patria que abandonó? Y cuando nosotros los rechazamos, ¿qué tan nacionalistas estamos siendo entonces?  Sería todo esto un muy buen caso de estudio ya que tendemos a pensar que nacionalistas deberían ser de raza aria por default a pesar de que hay varios casos de países asiáticos y africanos que han sucumbido a estos rasgos supremacistas.

En México, nuestro patriotismo se ha ido degradando hacia la anarquía, al mismo tiempo que en Estados Unidos está en plena metamorfosis hacia un nuevo nacionalismo muy poco grato. Lamentablemente lo que los nacionalistas ignoran es que el precio de esta ideología es nada menos que la misma libertad.  Esperemos no sea demasiado tarde para que se den cuenta, y esperemos que en México encontremos un faro político que sane el tejido social y nos haga adorar nuestra patria que tan rica de cultura y abundante de tradiciones es.

 

 

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