Pues ayer fue la segunda vez que vi «Rapsodia Bohemia» y ahora con aún más información de ella la disfruté al doble. Este año me dio algo especial: dos películas que me conmovieron hasta las lágrimas en sus momentos musicales, siendo «Nace una estrella» la otra. Es en verdad un espectáculo ver esos números musicales, puede uno solo imaginar a lo que «Keep yourself alive» habría sonado la primera vez que Freddy Mercury la interpretara con el fin de impresionar a sus nuevos compañeros de banda y sobre todo, a sí mismo.
Michelle Obama le dijo a Oprah esta semana en entrevista: «la peor pregunta que le puedes hacer a un niño es ‘¿qué quieres ser cuando seas grande?’ ya que una persona no se realiza nunca, uno siempre seguirá evolucionando, creciendo, cambiando.» Vaya que esto aplica al personaje principal, el mismo Freddy Mercury, quien seguramente buscaba no sólo su propia reinvención sino la del rock and roll a la vez. No creo que nunca haya estado satisfecho y le agradezco por ello.
Cuando Queen vino a Monterrey el 9 de octubre de 1981 yo tenía 11 años de edad recién cumplidos. Asistía al colegio lasallista y no tenía la menor idea de qué era Queen. Aún que hubiera sido todo un pequeño fan y querido ir al concierto no hubiera podido, mi papá, la única persona que me habría llevado tenía aún menos información del grupo que yo mismo. En ese momento lo que sonaba en la radio mexicana eran las canciones que Manuel Alejandro le compusiera a Emmanuel y a Rafael, la versión de «No llores por mi, Argentina» de Paloma San Basilio, José Luis Perales preguntaba «Y cómo es él», Amanda Miguel clamaba que «El me mintió», José José estaba «Preso» y Yuri vivía «La maldita primavera». En ese momento mi padre tendría 40 años de edad y su mundo musical era esto y Kenny Rogers. Es contrastante con la forma en que yo cuando tuve esa edad vivía la vida y disfrutaba las artes. Así que no, no fui a ese concierto en mi ciudad aunque todos mis compañeros de escuela se desvivían hablando de él. Entonces yo los veía cómo llevaban LP’s de vinyl de Queen y se los intercambiaban entre sí. Portadas algo enigmáticas, intrigantes. Así que un buen día le pedí a un amigo me prestara el de «Queen Greatest Hits». Mi vida no volvió a ser igual, en verdad hoy daría lo que fuera por no haber escuchado ese disco nunca en mi vida con tal de tener la oportunidad de escucharlo por primera vez a esta edad hoy. Era un niño que no hablaba realmente Inglés pero que quedó atrapado en varias de esos tracks de forma cautiva por al menos todo un año. Me imaginaba los escenarios de «Flash Gordon» al escuchar las voces del tema aunque nunca vi la película. Me divertía escuchando los vaivenes de sonido de izquierda a derecha sin sospechar que era un truco con propósito creativo de la banda. Bailé desde la primera vez que escuché «Crazy Little Thing Called Love», de hecho, puse la aguja en esa pista varias veces a la vez que brincaba y me movía secretamente por toda mi habitación. Tengo que decir que en ese momento realmente no comprendía la joya musical que marcaría mi alma muchos años después, «Somebody to love»; y en cuanto a Rapsodia Bohemia, yo no entendía el poderoso mensaje (creo que esa condición persiste al día de hoy, para ser franco) pero yo ya tenía calculado en qué punto del disco debía poner la aguja para que se escuchara la rola desde el «Galileoooo» y yo siguiera escuchando con una sonrisa en la cara. Cuando eventualmente pude entender el idioma los versos que de niño me parecían de poco interés ahora cobraban vida: «I don’t wanna die, sometimes wish I’ve never been born at all!». La ignorancia de mi niñez me salvaba una vez más del peligro.
En el momento que Queen vino a Monterrey, ellos promovían su disco «The Game» donde venían la maravillosa «Play the game» y mi clásico total «Another one bites the dust». Originalmente ellos iban a hacer dos fechas, el 9 y el 10 de octubre, pero por razones desconocidas la del 10 fue cancelada. Tocaron 26 rolas y todas eran los éxitos de ese LP de éxitos que en mi vida compraría tres veces en tres formatos distintos. En la película, fue para mi como un sueño ver su performance en Live Aid recreado. He visto ese video original decenas de veces, Freddy Mercury y 74,000 personas eran un solo ente. El hecho de que inevitablemente esa secuencia me sacara lágrimas fue ese brinco al pasado, en donde recordé personas que conocí y que murieron a causa del SIDA; la injusticia en la manera como fue tratado ese padecimiento en ese entonces y en muchas instancias, aún hoy mismo. En el último video de Freddy Mercury con Queen, «These are the days of our lives» es conmovedora la última imagen de él volteando a la cámara diciendo: «I still love you!» porque su despedida fue con amor; amor a todo el que vea ese video, al que sea fan. No sé si haya habido arrepentimiento de su parte, nunca lo dejó ver a nadie, sólo se le veía intención y propósito hasta el final. La valentía de un entregado genio que nos brindó creación y alquimia musical hasta donde literalmente la vida le permitió. Respect Freddy, this one I write for you!
(Vale la pena ver los videos del concierto tributo que un año después de su muerte le hicieran los sobrevivientes de Queen junto con colaboraciones de otros artistas en el mismo estadio de Wembley. En particular, el dueto de Elton John con Axl Rose de Rapsodia Bohemia, la entrega del también ahora fallecido George Michael de «Somebody to love» y una espectacular «Under Pressure» con David Bowie y Annie Lennox. Inigualables, clásicos.)
Mis rolas favoritas de Queen:
10.- You’re my best friend
9.- I want it all
8.- Body language
7.- The show must go on
6.- Play the game
5.- Who wants to live forever
4.- Another one bites the dust
3.- Don’t stop me now
2.- Bohemian Rhapsody
1.- Somebody to love
Album favorito: Greatest Hits
Video favorito: Crazy little thing called love