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EP143: El teatro en México

Un par de meses atrás tuve la oportunidad de viajar a España y durante mi estancia en Madrid decidí asistir a dos obras de teatro, una de comedia y la otra de drama. Me llamó la atención lo cultivada que está la cultura teatral en la ciudad. Me enteré de una de las obras por carteles en el metro y para ser sincero, las condiciones de los teatros, la calidad de las puestas en escena y la facilidad para adquirir los boletos, me dejaron con ganas de haber tenido más tiempo allá y así ver más de las obras en cartelera. Para empezar, llegar en metro a los lugares fue súper sencillo y las funciones comenzaron puntuales. Además, el público muy interesante y los barecitos típicos adyacentes a los teatros invitaban a quedarse y comentar la obra con copa en mano. En otras palabras, ir al teatro en Madrid es una experiencia placentera y alimentadora, comme il faut.

¿Cómo estamos en México en la cultura del teatro? Primero que nada, hay que distinguir que hay dos escenas de teatro (y voy a odiar lo que escribiré a continuación): la capitalina y la de provincia. En ambos casos, el tema del traslado es un caos; lo es a la entrada y a la salida, aún más. Embotellamientos, problemas para encontrar estacionamiento al llegar o taxis al salir. Cuando se trata de estacionamientos de prepago, nunca funcionan bien las máquinas de cobro y las filas para pagar el boleto son lentas y largas. Para adquirir boletos es casi la norma que tenga que ser a través de ticketmaster, un monopolio de espanto que te cobra una comisión inútil por manejo, y a pesar de ese cargo, te hacen ir a un sitio remoto (en alguna plaza comercial donde pagarás tarifa de estacionamiento) a que te impriman los tickets antes de la fecha porque en el teatro no lo harán. Estas molestias las vivirá el espectador tanto en CDMX como en cualquier otra ciudad mexicana.

Ciertamente Ciudad de México cuenta con una cultura teatral más amplia que en otras ciudades como Guadalajara o Monterrey. El teatro local capitalino ofrece más opciones y con frecuencia, más actuales en sus temas (y cuando digo actuales, incluyo controversiales también). Los teatros por lo general son eficientes y limpios, algunos hasta son considerados tesoros nacionales. Me gusta ir al teatro en CDMX, pero como siempre que lo hago es en calidad de turista, tengo que tomarme el tiempo para planear mi llegada y que el tráfico tan intenso no sea un obstáculo a mi puntualidad.

De acuerdo con «El Economista», los 742 espacios escénicos registrados en México se utilizan de esta forma:

Teatro: 94.3%
Danza: 72.4%
Performance: 61.9%
Artes vivas: 46.7%
Teatro cabaret: 46.7%
Teatro musical: 44.8%
Circo: 38.1%

Datos interesantes: 68.6% de ellos operando con recursos públicos, 65% no cuenta con un sistema de boletería electrónica, sólo un 37% cuenta con seguro contra accidentes para público o staff y 58% debe pagar renta de sus espacios. Aproximadamente un 25% de estos lugares están en el norte del país y un 19% en el sur.

En mi opinión, en el teatro mexicano veo dos tipos de obras: las que involucran presupuestos de producción elevados por escenografía, número de actores en escena y protagónicos estelares de alto sueldo. Casi siempre son musicales u obras con un elenco famoso y numeroso. Estas son las que se presentan en teatros grandes y manejan su boletaje en línea a través de ticketmaster. Son éstas las que hacen giras por la República con precios por los cielos. Luego vienen las producciones más reducidas o de teatro experimental que por lo general tienden a durar menos en cartelera. En este apartado es donde, a mi parecer, se percibe al teatro como la voz de la gente. Es donde se ventila lo que el público habla, lo que la población está vibrando. Es la esencia de esta forma de arte que se acarrea desde hace siglos y que comunica y expresa lo más relevante de la sociedad. La que promueve o cambia la jerarquía de valores y fomenta ese diálogo donde comulgan las clases sociales, las minorías, los géneros; ampliamente hablando, la gente. La visión crítica y reflexiva del teatro llega cruda y directa, y mientras más cerca esté el escenario de las butacas, más compromete al espectador a llevarse los temas a casa hacia una discusión tanto interna como con los demás.

Cleansed, de Sarah Kane

Este mes tendré la oportunidad de viajar a la capital del país y veré un par de obras, a pesar de las fechas tan próximas a las festividades de fin de año: una de ellas se llama Afterglow, un retrato gay de las relaciones poliamorosas actuales; y Cleansed, una perturbadora obra de Sarah Kane sobre la sexualidad en un mundo distópico futurista. Ambas adaptadas del inglés y antes presentadas en Nueva York y Londres, respectivamente. Dado que una involucra desnudos completos en escena y la otra el suicidio prematuro de su autora, las propuestas son atrevidas y muy hacia adelante retando a la sociedad mexicana tradicional. Estoy entusiasmado, espero llevarme un par de gratas sorpresas y mucho tema para marinarlo en mi regreso. Ya les contaré..

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2 comentarios en “EP143: El teatro en México”

  1. Me gustó tu columna y de seguro dá para mas como sería ampliar los comentarios sobre la cultura teatral en Monterrey. ¿Donde quedaron los Luis Martín, Sergio García, Julián Guajardo, Rubén González, Hernán Galindo, etc? Felicidades por tu Blog.

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    1. Muchas gracias!! Siento que el teatro local de Monterrey es cíclico, ha pasado por períodos muy valiosos con propuestas muy frescas y luego vienen tiempos de sainete y show. El año pasado vi una puesta en escena de El Retrato de Dorian Gray en un teatro experimental que está en Arboleda que me gustó, muy original y con mucho gancho. Voy a checar más de estos dramaturgos locales porque siempre he apreciado sus obras. ¡Saludos!

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