¿¡En qué momento terminó el año!? Se fue volando, en muchos aspectos lo sentí como un año puente, como un previo de cosas nuevas que estallarán en 2026. Como cada año, desde que inició El Eco Personal en 2018, hago mi lista de lo mejor (y, ni modo, lo peor también) en música, tv y cine. Lo cierto es que ya es difícil atenerme solo a los estrenos. Es tan innumerable la oferta, que falta el tiempo para ver todo lo que nos piden que veamos. De pronto uno descubre que hay una joya de película sepultada en alguno de los tantos servicios de streaming y que ni idea de su existencia. Me encanta cuando esto sucede. Me pasó varias veces en 2025. Como nunca antes sentí a Hollywood reductivo y redundante, insistiendo en secuelas y refritos. Las historias predilectas tratan de venganza o de superioridad, siempre aderezadas de explosiones y violencia. Entiendo que su distintivo haya sido por casi un siglo anteponer el negocio al arte pero, por encima de todo, debe haber calidad. Ante los fracasos del 2025 que se asumían erróneamente como «taquilla segura» (e.g. Blanca Nieves, Tron, Capitán América, Thunderbolts, Megan 2.0, The running man), los estudios se han visto desesperados y se lanzaron a la carga asaltando el wattpad, investigando influencers en el Instagram, buscando por debajo de las piedras la siguiente franquicia multimillonaria que salve la industria. ¿Será posible que lo que se necesite sea una buena historia bien contada? Es lo malo de acostumbrar al público a cierto tipo de contenido y no sacarlo de ahí hasta que dejen de ir a las salas.
Esta vez, daré mis predilecciones sin que el año de producción haya sido éste necesariamente, algunas de la lista fueron del año pasado, pero no tuvimos acceso en México hasta 2025. Sin más preámbulo, aquí van:
Mis series preferidas de 2025:
Ripley (Netflix) salió el año pasado, pero la música y la cinematografía en blanco y negro son un deleite atemporal.
C.B. Strike (HBO), producida por J.K. Rowling, pocas veces se ve una dupla detectivesca tan acertada con una relación más enganchante que los crímenes que investigan.
The Pitt (HBO) Por algo este med drama ganó tantos Emmys: por buena. Ya viene la segunda temporada en enero. Lo único que odié es que soltaran un episodio por semana, si no, me la hubiera devorado en un solo sábado.
Adolescence (Netflix) No hay mucho más que decir, el fenómeno que arrasó con críticos, público y premios con sobrada justificación. Mi episodio favorito es el tercero y el papá se lleva la actuación del año, cine o televisión por igual.
Task (HBO) Mark Ruffalo no le tiene miedo a los malos y tampoco a mostrarse como un hombre viejo obligado a cumplir con su deber a pesar de un cuerpo desgastado y poco responsivo. ¿Aclaré si ese deber se refiere al de padre o al policiaco?
The beast in me (Netflix) Bastante de Claire Danes tuve en 2025 cuando Netflix soltó de tajo todas las temporadas de Homeland, y luego aparece en este misterio vecinal imperdible. Las tensiones de la protagonista llegan por todos los frentes: el pasado, el vecino, la paranoia, el entorno y la carrera. Es un alivio recordar que es ficción. Bueno, a lo mejor no todo.
Los nuevos años (Mubi) En esta serie española nos muestran en cada episodio los cumpleaños de los dos integrantes de una pareja que, coincidentemente, suceden el 31 de diciembre y el 1 de enero. Además del ingenio de las elipsis anuales, también gana méritos por lo real del drama que refleja. Amores fingidos, padres sumidos en la negación, fiestas que son solo escenarios sociales para que la gente genere historias forzadas que parezcan orgánicas.
Mis pelis favoritas vistas en 2025:
Caminos Cruzados. Una road movie que sucede entre Georgia y Estambul, nos muestra personajes, entornos y problemáticas tan auténticas como el personaje extraviado al que buscan. Me arrasó el corazón.
Train Dreams. Solo puede uno intentar ponerse en el lugar de la gente que construyó naciones creyendo en el progreso y a la vez buscando un sustento a través del trabajo físico. ¿Es la melancolía el subproducto obligado del trabajo honesto? Joel Edgerton recibirá una nominación al Oscar y quizás lo gane.
Bring her back. La mejor película de terror en lo que va de la década. Sally Hawkins nos brinda una villana como pocas y consigue en el clímax de la historia invadirnos con empatía y ponernos de su lado. ¿Es de lo que el terror se trata cuando los monstruos son más humanos que los humanos mismos? Lo cual nos lleva a:
Frankenstein. No nada más refleja una nueva apreciación a la mítica historia de Mary Shelley; dio pie a una nueva modalidad de terror artístico cargada de simbología. La cinematografía, la paleta de colores, los vestuarios, las tomas inusitadas que sugieren al inconsciente una visita al pantano emocional del amor hacia lo grotesco, que con frecuencia, es también lo auténtico. Guillermo del Toro en evolución creativa a tope.
It was just an accident. Esta película iraní ganadora de la Palma de Oro en Cannes contiene más subtexto que lo que muestra a cuadro. Un director presionado por enseñar el residual de un país oprimido a pesar del riesgo a perder su libertad en el proceso. Conseguir actores dispuestos a filmar escenas de forma clandestina o disfrazadas de eventos reales con cámaras ocultas para evitar sospechas lleva un mérito colectivo como insignia. En efecto, a pesar del importante premio, Jafar Panahi, será enviado a la cárcel tan pronto regrese a Irán. ¿Qué están dispuestos los directores de hoy a sacrificar en el nombre del séptimo arte?
Corazones Rotos. Un coming of age crudo e intenso como ninguno. Los estereotipos se quiebran al ritmo de The Cure y el romance se siente disidente e incómodo. Las relaciones parentales rompen moldes y desde «Call me by your name» no veía una escena padre-hija tan reveladora y llena de honestidad.
Siempre hay un mañana. Una película italiana de fines del 2023 que cosechó sus premios en el 2024. A blanco y negro, con una frescura actual, aunque la historia suceda en 1946. Retrata con mucha originalidad la pobreza de los italianos después de la pesadilla de la Segunda Guerra y la caída de Mussolini. Fusiona hitos de la historia italiana con la cotidianeidad del sistema patriarcal, vistos desde la mirada de una ama de casa reprimida con sueños secretos de libertad. Un verdadero hallazgo en pleno 2025.
Mi música preferida en 2025:
El wrapped del Spotify me soltó el halago del año cuando me dijo que mi edad sonora era de veinte años y enseguida, me golpeó fuerte al revelar que mi tercer artista más escuchado del año fue Cristian Castro. Ok, lo admito, durante el otoño tuve la curiosidad de conocer su catálogo y no me arrepiento. Lo que es vivir a la sombra de otro, especialmente cuando ese otro es Luis Miguel. La voz de Cristian es muy destacable y escuchar su música fue el sinónimo de ver una película melodramática con final abierto. Sin embargo, en realidad lo que marcó mi año fue el concierto de Kylie Minogue en mi ciudad, Monterrey. Fue la última fecha de su Tension Tour, por lo cual era palpable la satisfacción entre los músicos y bailarines. Un espectáculo que, desde muy cerca, me contagió de energía positiva. Excelente setlist y un performance para los tiempos. Dicho esto, mis álbumes favoritos en 2025 fueron:
Lady Gaga: Mayhem. Un regreso a las raíces que la encumbraron. Track by track.
Davido: 5ive. Una sorpresa desde Nigeria. Beat y soul unidos en una experiencia acústica perdurable.
Sombr: I barely know her. Quedé atrapado. La música se vuelve enigmática: hay mensajes ocultos; no en las letras, sino en la instrumentación.
Eric Hilton: Midnight ragas. Después de ser parte fundadora de Thievery Corporation, la creación de Eric Hilton se fue por un camino de chill experimental. (Su catálogo anterior vale mucho la pena) En 2024 sufrió una sobredosis casi letal que lo orilló a elegir la sobriedad. Nos entrega en 2025 este álbum con notas precisas y participaciones que aportan a la calidad del sonido. Es escuchar a un compositor que conscientemente se sitúa en el aquí y en el ahora.
Bartees Strange: Horror. Bartees Strange (né Bartees Leon Cox Jr.) es gringo e inglés a la vez, también es abiertamente bisexual. La liminalidad es su sello 100% reflejado en su música. No son canciones fáciles, pero sí gratificantes. Si Childish Gambino empezó la historia, Bartees Strange se encargó de contar la segunda parte.
Miley Cyrus: Something beautiful. A mí la música de Miley siempre se me ha hecho más para gente adulta que para teenagers. Indpendientemente de mi parecer, en este álbum encontré música de confort, no me decepciona, todo lo contrario, me mantiene interesado por escuchar el relato de la siguiente canción. Buena selección para una tarde de sábado con aperol spritzers.
Nada bueno dura para siempre y siempre habrá una contraparte. Sin mayor preámbulo, aquí mis menos del 2025:
The thursday murder club ¿Quién convenció a Helen Mirren de hacer esto? ¿Pierce Brosnan? ¡Boomer trampero!
Die, my love Si el objetivo de la película era transmitirnos la zozobra de la depresión post parto, se los concedo. Yo también ya quería que se acabara.
French Girl Scrubs fue el momento de Zach Braff, ahorita ya no es momento.
After the hunt De cada cuatro películas que Luca Guadagnino hace, una le sale bien. Esta no es una de ellas, ni Julia Roberts (con su sueldo de 20mdd) junto a Andrew Garfield la pudieron salvar.
Holland Nicole Kidman es una workaholic, ojalá su agente la obligara a dosificar sus proyectos y así evitarse los besos de Gael García en series fútiles como ésta.
Wayward Toni Colette está muy por encima de las series de semicomedia simplonas, no puedo evitar pensar que esto fue un favor que le hizo a una amiga. Si se trata de hacer un statement en favor de una minoría, y además tienes a Toni Colette de tu lado, el team productora/escritora debió asegurarse de la calidad del contenido; al menos así el mensaje se comunicaría sin el riesgo de que dicha minoría prefiera prescindir de la ayuda.
Delicious Desde Alemania, una película con cero credibilidad y, ¿cómo decirlo?, ridícula.
Sé que hay muchos fans de la película Sentimental Value y la serie Nadie nos vio partir, pero para mí, la primera tenía buena premisa pero, ese valor sentimental que anuncian, quedó demasiado enterrado en una larga película con personajes paja como el de Elle Fanning. Sí, el arte puede unir (o desintegrar) familias y a la vez funcionar como un sublimador de emociones guardadas bajo llave. Esa idea puede ser tan profunda y relevante como para hacer una película al respecto. Lo importante es hacerla devastadora y no sutil, porque así es el verdadero arte, el que te cambia el status quo y te deja en un lugar apartado del que solías estar. Esta película noruega no hizo nada de eso por mí. Para el caso, mejor ver His three daughters (2023, Netflix), un drama que deja un rastro interior mucho más marcado e íntimo. Por otro lado, la serie Nadie nos vio partir puede ser entrañable para muchas personas; y admito que iba bien el concepto, hasta que se pobló de personajes tipo televisa: unidimensionales y fijos. Esto hizo predecible la trama, con un final delineado desde el tercer episodio.
En música, solo diré que Drake, Will Smith y Tate McRae deberían reconsiderar y tomarse un indefinido tiempo de descanso antes de darnos más canciones, como lo hicieron este año. No me agrada del todo que a Bad Bunny le vaya tan bien pero, algo me dice que es cuestión generacional y será pasajero. Algo rescatable es lo de su aparición en el Super Bowl 2026, porque representará un gancho al hígado del movimiento MAGA.


Para concluir 2025, solo me resta desear a tod@s un año fabuloso. Que hagamos de 2026 una conquista de metas y formación de carácter, acompañados del favor de la oportunidad. Que permita recuperarnos de descalabros, encontrar la calma y un nuevo camino, conectar con nuevas formas de ver la vida y las personas que las representan. Si eres extrovertido, que tu presencia alcance nuevos e incontables horizontes. Si eres introvertido, que tu creatividad toque a los que te importan. Si llevas mucho tiempo tratando de escapar de una relación laboral, sentimental, personal o familiar; te deseo la claridad para internarte en tu auto diferenciación, te mantengas firme y defiendas la autenticidad de tu corazón, sin pedir disculpas a nadie, mucho menos a tí mismo. No tengo podcasts ni hago videos de influencer. Solo oprimo las teclas de una laptop y escribo estas entradas (tan eternas como una película de Terrence Malick) que exploran temas que me llamen la atención, con pensamientos solitarios que se me ocurren a la medianoche. Solo espero que mis textos tengan eco personal en mis tres lectores y sigamos acompañándonos en 2026 y más allá; es lo que me alienta a seguir, sosegando las incertidumbres y emocionándome por el futuro.
ANIMO Y FUERZA EN 2026. POR MINIMO QUE SEA, TODO ESFUERZO CUENTA CUANDO SE HACE POR AQUELLO QUE VALE LA PENA. ¡FELIZ AÑO!
