arte, cine, Cultura Pop, entretenimiento, escritura, Experiencias de vida, Food 4 Thought, inner self, la experiencia humana, Life Adventure, story telling, vida

EP167: Hello, «Strangers»!

Este año leí como nunca. Fueron decenas de libros, quizá por eso se fueron volando los meses. Desde las lecturas más aclamadas (“El invencible verano de Liliana” de Cristina Rivera Garza, “Trilogía” de Jon Fosse), pasando por las más esperadas (“Un lugar soleado para gente sombría” de Mariana Enríquez, “Aquí no es Miami” de Fernanda Melchor), hasta la revisita a los clásicos que cobrarán vida en las pantallas (“Pedro Páramo”, “Cien años de soledad”).

A veces, es cierto, aunque se trate del autor(a) más renombrad@, la lectura no me satisface del todo. ¿Será la alharaca? ¿La anticipación? De cualquier modo, me enfocaré en los tesoros entrañables conseguidos en 2024. Se los comparto, como dicen, “al costo” 😉

En definitiva, mi libro favorito del año fue “Strangers” de Taichi Yamada. Una novela de fantasmas redefiniendo el concepto, con la historia de un hombre solitario que se topa con sus padres muertos desde que él tenía doce años. ¿Qué es un fantasma? En la serie de “The haunting of Hill House” de Mike Flanagan (Netflix), nos proponen la respuesta: un fantasma es un deseo. Es lo que te mortifica y te inquieta, con frecuencia, lo que temes te alcance y te derrita. Te crea un miedo que te detiene en seco, suprime tu lógica y domina tus actos. Sin embargo, ¿no causa esos mismos efectos el amor?

¿Qué pasa si por fin estas ánimas se manifiestan y contrario a la expectativa, causan nostalgia y ternura? ¿Será posible que un espíritu venga sin el propósito de propinar un sobresalto y más bien a producir un discernimiento emocional sobre las preguntas nunca resueltas del pasado? “Strangers” es una novela que me dejó perplejo en la imaginación, con la espina de si algún día, cuando lleguen a faltar, podría tener una conversación con los fantasmas de mis padres desconocidos, los que eran en alguna época antes de conocerme.  Supongo que mi subconsciente sería el que de forma automática determinaría de qué edades se me aparecerían. Una parte de mi querría una conversación con los chavos estudiantes de Medicina y Derecho, pero también desearía dialogar con los recién casados ansiosos por un porvenir incierto. Solo pensarlo me eriza la piel. ¡Las cosas que hablaríamos! Bien, pues de eso va la novela de Taichi Yamada, escrita en japonés y hecha película adaptada a Inglaterra con una subtrama adicional involucrando a otro fantasmón: la homosexualidad. En ambas tramas, el protagonista experimenta como insólitos el amor y las atenciones cariñosas, después de toda una vida acostumbrado a prescindir de ello. Es para este fin que los fantasmas se presentan, a dar una lección de qué se siente ser amado y compartir la intimidad dentro y fuera de la alcoba. La película “All of us strangers” vale por completo la pena, amplía la perspectiva de su inspiración, con magníficas actuaciones y escenarios. Recordé la maravillosa película de Wim Wenders del año pasado, “Días perfectos”, en la que una vida rutinaria y las cosas más simples dotan de plenitud a la cotidianeidad de un hombre solitario. En “Strangers” somos testigos del contraste entre una soledad árida y una realidad candorosa en compañía de seres cargados de amor. Aquí una cita del libro:

“Estaba ansioso por verme en un espejo. No tenía miedo de lo que podría descubrir. Todo lo contrario, me sentí extrañamente en paz. Detrás de su afable apariencia, mis padres de seguro habían hecho un sacrificio desproporcionado para regresar y reunirse conmigo en este mundo. Si eso requería dar parte de mi sangre vital a cambio, estaba dispuesto a pagar el precio; de hecho, eso me quitaría una gran carga mental.”

Otra lectura disfruté mucho en 2024 fue “Aquí no es Miami” de Fernanda Melchor. La autora es también reportera y la idea de incursionar periodísticamente en las entrañas veracruzanas, su lugar de origen, para dar un aspecto novelístico a las leyendas urbanas de la región, se me hizo tan genial como interesante. Ya acostumbrado al estilo de su pluma, los relatos de “Aquí no es Miami” me llevaron por la senda del descubrimiento y a ratos, de ese tipo peculiar de curiosidad llamada chisme. Este libro nutre más que una visita al Blog del Narco o un ejemplar de Proceso, porque aquí el amarillismo es transformado en testimonio cronicado. Se siente veraz, se lee intenso. El destino es inusitado, un sitio donde la realidad supera a la ficción.

Otro de los libros que me tomó del cuello y no me soltó por semanas, no es un producto de ficción. Al contrario, es un impecable trabajo investigativo narrado con una minucia cronológica y sustentada en verdad admirable. El libro se llama “Secret City” y fue escrito por James Kirchick. Es una lectura amena que lleva al lector en un viaje gay por la Casa Blanca a través de las distintas administraciones presidenciales. Aquí, como en “Strangers” hay un espíritu rondando los históricos edificios de Washington: el espectro homosexual. Desde la Guerra Fría hasta nuestros días, el autor nos muestra personajes prominentes que, protegiendo su reputación, eran capaces de elaborar castillos de mentiras que llegaban a tocar a las familias de los políticos más poderosos de los Estados Unidos. Kirchick hace uso de miles de documentos desclasificados, cientos de entrevistas, así como material de archivos y bibliotecas de todo el país, para hacer una amena crónica de los entresijos políticos homosexuales en DC.

Me llamó la atención todo el capítulo de Ronald Reagan, donde expone la hipocresía, el subterfugio de la administración más gay que el Capitolio haya visto, coronada por la deliciosa e inopinada presencia de Nancy, la tramosa Primera Dama de la era. La profundidad y el apasionamiento con que este libro fue escrito me le merece las cinco estrellas.

Para cerrar, haré menciones honoríficas a los clásicos de Mónica Ojeda (“Las voladoras”), Elena Garro (“Cuentos completos”), Luis Zapata (“El vampiro de la colonia Roma”), Inés Arredondo (“Cuentos completos”), Amparo Dávila (“Cuentos reunidos”). También a las lecturas que hice “de una vez por todas”: Oscar Wilde y sus “Cuentos completos”, Borges y su “Aleph”, Fuentes y sus “Cuentos sobrenaturales”, Rulfo y su “Llano en llamas”. Había sido suficiente la espera. Si algo me enseñó el año es que, para iniciar una buena lectura, no hay tiempo que perder.

Aquí algunas de las portadas de ejemplares leídos en 2024:

Deja un comentario