Allá por 1984 pasaron un documental en la BBC de Londres sobre la hambruna en Etiopía y cómo la gente, en especial los niños, moría ante el grave problema. Millones de televidentes consternados expresaron su preocupación por la gente de África. Un par de ciudadanos de nombres Bob Geldof y Midge Ure decidieron tomar acciones concretas sobre el asunto. Ambos tenían a la música en común, siendo líderes y vocalistas de sus grupos, The Boomtown Rats y Ultravox, respectivamente.
Geldof era más conocido por haber tomado el papel protagónico del musical de Pink Floyd, «The Wall»; que por la música de su grupo, cuyo mayor hit era la canción «I don’t like mondays«. Ultravox era un grupo con mayor exposición en ese momento y Ure accedió a poner música a las letras que Geldof le presentó. La canción «Do they know it’s Christmas?» fue creada. A este punto, Geldof había hecho trabajo previo recaudando fondos entre sus amigos cantantes para ayudar la crisis en África. Lo que ahora les pediría sería más trascendente aún: su participación artística en un movimiento colectivo de ayuda directa a los más vulnerables en ese contintente.
La dinámica funcionó y se creó la agrupación «Band Aid» (en doble sentido por la marca de curitas) contando a los principales cantantes ingleses del momento: Boy George, U2, Spandau Ballet, George Michael, Sting, Mark Knopfler, Paul Young, Duran Duran, Phil Collins (tocando percusiones y la batería), etc. Al paso del tiempo llama la atención que los únicos artistas invitados de color (Jody Watley y Kool and the Gang) ni siquiera eran ingleses y que la misma Watley y el grupo Bananarama (cuando eran tres) fueron las únicas mujeres involucradas en «Do they know it’s Christmas?». No hubo ninguna participación vocal femenina ni de artistas de color como solistas en la canción.

La canción se lanzó el 29 de noviembre de 1984 y vendió tan sólo en su primera semana más de un millón de copias. Este récord no fue superado sino hasta 1997 cuando Elton John (no incluido en Band Aid) cantó su tributo a la Princesa Diana, «Candle in the wind». Permaneció en el primer lugar por cinco semanas consecutivas, las mismas que Wham! con su éxito «Last Christmas» le siguió en el número dos. George Michael tuvo un momento agridulce con esto, ya que él esperaba que su canción se convirtiera en otro número uno ese año y así lograr cinco consecutivos junto con «Wake me up before you go-go», «Careless Whisper», «Everything she wants» y «Freedom». No lo consiguió, sin embargo, él mismo fue parte de la canción que se lo impidió.
Al final, los fondos recaudados por este proyecto fueron llevados por el mismo Geldof a Etiopía y así asegurar que se destinarían a la ayuda y no serían botín de la corrupción. El problema superaba en mucho a lo que juntaron, era determinante elevar la propuesta. Dos de los participantes de Band Aid, Boy George y su amante/baterista, Jon Moss, se les ocurrió la idea de organizar un concierto que recaudara más fondos. Capitalizaron el expertise de Geldof y Ure, fundadores de Band Aid, y tomaron la batuta para llamar la atención del mundo entero y organizar el concierto global de humanidad que llevaría por nombre «Live Aid». El macro evento tomaría lugar en Estados Unidos (Philadelphia) y en Reino Unido (Wembley) simultáneamente, congregando a los principales talentos de ambos países.

Los preparativos fueron extenuantes. La mayoría de los acuerdos se cerraron a base de saliva; tanto la aprobación de las emisoras que televisarían el evento, como de los artistas invitados. Apostaron por afirmar a todos sus prospectos que ya tenían más de la mitad confirmados y así se animaran a participar. En Estados Unidos las cosas fueron más complicadas. La fecha de los conciertos se fijó para el 13 de julio de 1985. A este punto ya existía una contraparte americana de beneficencia en la forma de USA for Africa con el éxito «We are the world» de enero de 1985. Sin embargo, los agentes de los artistas no eran tan fáciles de convencer y no brindaban tanta independencia a sus representados. Afortunadamente, lograron juntar el quórum casi de milagro y al último minuto. He visto esos conciertos completitos y lo que falta de producción (la época no tenía tantos recursos como hoy día) sobra en talento. De estos line ups salieron momentos icónicos en la historia del rock, como la inolvidable participación de Queen con Freddy Mercury y sus coros unísonos con un público de más de setenta mil personas.
Bob Geldof consiguió la bendición de parte de la Corona Inglesa y hasta logró que el Príncipe Carlos y la Princesa Diana asistieran al concierto en el estadio de Wembley. Midge Ure estaba en lo particular emocionado de que su grupo, Ultravox, abriría el concierto ante la presencia de los Príncipes de Gales. Ellos asistieron para la inauguración, pero sólo estuvieron presentes los primeros minutos del concierto. Bob Geldof sabía de esta situación y se apresuró a cambiar el line up, anteponiéndose a Ultravox con su grupo Boomtown Rats. Aquí tuvo su momento histórico cuando encendió la euforia de miles al levantar su puño y guardar silencio después del verso «And the lesson to learn is how to die» en su interpretación de «I don’t like mondays». Al terminar su set los Príncipes se retiraron y el siguiente acto correspondía a Ultravox. La decepción de Midge Ure ante la ausencia de la realeza fue evidente. La amistad con Geldof nunca se recuperó, en especial cuando a pesar de haber tenido un rol equivalente en toda esta aventura filantrópica, sólo él fue nombrado «Caballero Comandante de la Orden del Imperio Británico» por la Reina Isabel II.
Para Live Aid hubo ausencias notables, en especial de estadounidenses: Bruce Springsteen (se acababa de casar y dijo arrepentirse de no haber estado ahí), Prince (por miedo a un atentado de fanáticos religiosos), Michael Jackson y Stevie Wonder (se dice que querían boicotear el concierto, la razón oficial es que pensaban que no era suficientemente diverso el line up), Billy Joel, Rod Stewart (no juntaron una banda que los acompañara), Van Halen (no tenían vocalista), Tears for Fears (de plano fue plantón porque sí estaban confirmados), Journey y AC/DC (no estaban a favor de conciertos benéficos), Simon y Garfunkel, Pink Floyd y Frankie goes to Hollywood (sus miembros estaban peleadísimos).



Cuando Harry Belafonte quiso apoyar la misma causa que Band Aid, decidió promover la formación de USA for Africa. El line up de artistas fue muy diferente. Aquí estuvieron presentes múltiples voces masculinas y femeninas de distintos géneros musicales y además, con integrantes de edades y etnicidades diversas. Desde Huey Lewis hasta Willie Nelson, desde Cyndi Lauper hasta Diana Ross o Tina Turner. Los grandes ausentes: Donna Summer, Christopher Cross, Madonna y Prince. Se dice que Madonnna no fue invitada a petición de algunos de los demás por no considerarla «a la altura vocal» de la agrupación. En ese momento, ella estaba por lanzar su disco «True Blue» y era la más exitosa cantante femenina que había. De Prince no se dice la razón, pero sospecho que su personalidad introvertida tuvo algo qué ver (odiaría que fuera porque Michael Jackson y Lionel Richie se hayan opuesto).
Para mí, USA for Africa es pura miel. Los mejores de aquel momento en su mejor momento, dándonos una muestra de camaradería y altruismo que ha trascendido por décadas. La música y la letra, la dirección de Quincy Jones, el talento vocal es innegable. El segmento donde aparece Cyndi Lauper es mi favorito aunque les haya tomado horas lograrlo (no es broma, después de varias tomas se tuvo que quitar sus brazaletes y collares por el ruido que causaban. Huey Lewis y Lionel Ritchie tuvieron paciencia beatificante en el proceso).
Los artistas fueron convocados para ir a los estudios A&M en Los Angeles después de la ceremonia de los American Music Awards de ese año. Llegaron por la noche, sería una labor de madrugada. Algunos como Waylon Jennings (el que cantaba el tema de los «Dukes de Hazard») se retiraron anticipadamente. Otros aguantaron vara, aunque con varias copas encima no ayudaban a agilizar la grabación (Al Jarreau, uno de ellos), pero muchos otros, se apegaron y salieron exhaustos con el sol de la mañana. Diana Ross, con lágrimas en los ojos, no quería que se acabara. Fue una labor de amor. Cuenta la leyenda que Lionel Richie llegó a su casa y fue felicitado por su familia por todos los premios que ganó esa noche en los AMA, además de haber sido un brillante conductor del show, y él sólo hablaba de la experiencia de haber hecho «We are the world».

Por supuesto que después seguirían los latinos para una causa afín pero dirigida hacia América Latina. Esto lo hicieron dos veces: en abril de 1985 con «Cantaré Cantarás» de «Proyecto Hermanos» compuesta por Albert Hammond y Juan Carlos Calderón. Entre los participantes se encontraban personalidades de la música latina como Vicente Fernández, Emmanuel, José José, Lucía Méndez, María Conchita Alonso, Amanda Miguel y Diego Verdaguer, Yuri, Viki Carr, ¡hasta Pedro Vargas! Muy pocos tenían menos de 30 años de edad. La siguiente entrega no sería sino hasta 2010, Artists for Haiti con la versión en español de «We are the world», traducida por los Estefan.
Me pregunto qué tantos artistas estarían dispuestos a una colaboración de caridad en la actualidad. Hay tantas causas disponibles, ninguna tiene final. Sin embargo, ahora que ha decrecido la actividad por ventas físicas o digitales de material discográfico, la recaudación tendría que provenir primordialmente de donativos directos a la caridad de que se trate. Por otro lado, quiénes de las personalidades más consolidadas de hoy tendrían la suficiente humildad como para compartir su imagen con artistas de menor trayectoria o peor aún, con los que tengan algún tipo de rencilla. Bajo esta tesitura descartaríamos a Taylor Swift, Mariah Carey, Cardi B, Iggy Azalea, J.Lo, Harry Styles, Nicki Minaj, Justin Bieber, y no sé cuántos más que están peleados con medio mundo. Mejor oremos y agradezcamos. Por menos injusticia y por los caminos de ayuda recorridos. Por mi parte, prefiero que haya habido Band Aid, Live Aid, USA for Africa, Farm Aid, Proyecto Hermanos, Hope for Haiti Now, Red, Hot + Blue, etc. Sin importar los sacrificios que se requieran, creo que siempre querré más hermandad y más ayuda a los que la necesitan, especialmente si es a través de algo tan universal y eterno como la música.
