Democratización: a) la introducción de un sistema democrático o de principios democráticos. b) la acción de hacer algo accesible a toda la gente.
Echaba un vistazo a artículos del año pasado del Huffington Post y me topé con éste de diciembre: «It’s time to democratize the art world for Mexican visual artists». Interesante. Mordí el anzuelo y me interné. ¿Qué necesita un artista plástico mexicano para cotizarse? Al parecer muchas cosas además de talento, es más, a veces más las otras cosas. En el artículo destacan a Alejandra Martínez, una estudiante mexicana de la Universidad de Miami que se internó en el mundo comercial del arte con el fin de crecer profesionalmente a través de la creación de vías de promoción a artistas mexicanos. El catalizador de esta vocación fue su asistencia al evento de Art Basel, una feria de arte que inició en Basel, Suiza, y al crecer se expandió a Miami y Hong Kong. De esta forma, se llevan a cabo en junio, diciembre y marzo, respectivamente. Son miles de artistas, cientos de galerías presentándose a lo largo de cada año en los tres venues.

Lo que Alejandra Martínez notó, fue que la constante era que el nombre del artista y el galerista debía ser conocido para que tuviera éxito en estos eventos, al grado que el público comprador ya no se fijaban tanto en la obra sino en quién era el autor y quién la valuaba. El arte fue escalando hacia el inversionismo y la especulación, dejando atrás la propuesta y la creación original. De esta forma, ella se lanzó a crear movimientos que democratizaran el arte mexicano y después de otros países. Lo que buscaba era la promoción y el acceso a nuevos artistas y nuevos coleccionistas, quitando de en medio el furor que conlleva la rebatinga auspiciada por los galeristas impulsores de un mercado. La entrada al mundo coleccionista de arte puede ser intimidante, dado que, al igual que en las inversiones monetarias, la influencia de un corredor o la fama de un instrumento, puede impulsar la compra de algo que en realidad sea una burbuja. De esta forma, comprar un cuadro o un NFT podría equipararse a invertir en una criptomoneda o un hedge fund. Sólo el tiempo dirá qué tan redituable resulte. La idea sería cambiar el chip especulativo en el arte y enfocarse en la conexión entre la obra y el coleccionista. Más allá de esto, fomentar el auspicio de patrocinadores a través de fundaciones que recauden apoyos para dar a conocer talentos emergentes. Siguiendo esta pauta, Alejandra creó un festival que se llamó «Arte Careyes», el cual reunía propuestas cinematográficas y artísticas en una de las costas más bellas de México, en el litoral jaliciense. Posteriormente, instaló la fundación «Anónimo Colectivo», la cual recaudó fondos para apoyar la colocación de arte entre coleccionistas y/o galeristas, ocultando la identidad de los artistas y permitiendo que la obra hablara por sí misma. Más tarde, se creó el festival «Ondalinda», fundado por la francesa Lulú Chaire. Este movimiento cuenta también con una fundación que lo soporta, la Ondalinda Foundation, una organización sin fines de lucro, cuyo objetivo principal es el apoyo a las artesanías y la preservación de las tradiciones indígenas en México. La fundación tiene compromiso con el arte, la sustentabilidad, las tradiciones y la conectividad humana. La premisa es que al apoyar a los artistas Purépecha y Huicholes, se lleve su mensaje y esencia cultural a todo el mundo. Ambicioso y soñador, si consideramos que el evento involucra raves con DJ’s y busca expansión hacia la India. Ondalinda creció en lineup, visitantes de cincuenta países, eventos culinarios y artísticos. Para el 2023, el costo del boleto ascendió a $1,800 dlls por los cuatro días que dura y constituye uno de los eventos más exclusivos en el mundo.
Sin embargo, pensaría que al final del día, la mayor parte de los artistas buscan llegar a cotizarse en escaparates de exposición global como la Basel Art, así que la virtud de eventos y fundaciones como Arte Careyes y Anónimo Colectivo, funcionan mejor para impulsar la etapa inicial de cada artista. Quizás por ello y después de la pandemia hayan dejado de existir tal y como fueron concebidas. En el caso de Ondalinda, el énfasis ha cambiado, dirigiéndose más hacia la experiencia sensorial que la promoción del arte.


Una de las ferias con mayor influencia en el mundo del arte con veinte años de trayectoria, toma lugar cada octubre en Londres y se llama «Frieze». Se enfoca únicamente en arte contemporáneo con el condicionante que sea hecho por artistas aún vivos. Aquí se exhibe producción desde lo emergente hasta lo icónico. Esta feria atrae más de sesenta mil visitantes que incluyen curadores, coleccionistas, galeristas y críticos, así como público en general. Frieze ha crecido tanto que se expandió hacia Los Angeles, Nueva York y Seúl. Como artista, la inversión para poder participar en Frieze Londres sería de 180 libras esterlinas anuales en un contexto de visitante con acceso a eventos y talleres especiales todo el año. Si se desea una membresía que incluya mayores beneficios como artista y una oportunidad de participación, habría que cubrir una cuota de $1890 dlls. De pronto, la oportunidad de darse a conocer en, literal, el mundo artístico, comienza a depender mucho del presupuesto, luego del networking y finalmente, una mezcla entre el carisma del artista y su propuesta de talento. No parece un reto sencillo, de hecho, se trata de una inversión de largo plazo y alto riesgo, dada la probabilidad de que no resulte. Sin embargo, el payback es remunerado con una carrera vitalicia y lucrativa. Es aquí donde el proyecto de Alejandra, Anónimo Colectivo, cobra mucho sentido.

La carrera de Alejandra continuó por un camino afín pero como parte de una relación en parte patronal, en parte de socio comercial. En 2021 firmó con la marca de tequila Maestro Dobel para encabezar la Dirección Creativa del proyecto Artpothecary. De entrada, contaron con una instalación conformada por piezas de Ricardo Legorreta en el Frieze Londres de 2021 y Los Angeles 2023, así como en el Design Miami Art Fair de 2022. Con esto, Alejandra admitió que para realmente capitalizar sus esfuerzos por democratizar el arte mexicano, era necesario el apoyo financiero corporativo. En 2023, Artpothecary se enfocó en Oaxaca, epicentro de tradiciones y cultura mexicana, que sirvió de tamiz para los colaboradores, Marisa Naval y Javier Reyes. Este escaparate sirve para promover a los talentos creando puentes que faciliten el cross over tan anhelado.
Maestro Dobel también instaló en septiembre de 2023 el concurso bienal Maestro Dobel Latinx Art Prize, el cual consiste en un premio de $50,000 dólares y una exposición individual en El Museo del Barrio en Nueva York para un artista latino. El primer ganador fue el cubano Carlos Martiel, especializado en fotografía e instalación. Estos premios ayudan a los participantes a ganar un escaparate, incluso si no ganan. De lo que se trata es que el público se entere y de ser posible, se conmueva con el arte latino más nuevo. La arena está sesgada hacia el patronato y la predilección. ¿A qué me refiero con la predilección? Ok, aquí entra el juego del influencer. Lo que he visto en cuanto al peso de la recomendación de influencers de arte, corresponde en mucho hacia sus círculos de alcance social y de patrocinio. Algo en común de los top influencers de arte en Instagram, es que provienen desde una base de privilegio. La plata está ahí y es difícil entrar, parece un juego salido de la película de «Saltburn». Aquí una lista con el semblante de los top ten. Definitivo, el lugar y tiempo correctos son determinantes, pero también el look y las conexiones correctas dentro de ese tiempo y espacio, ya que no veo latinos como influencers de arte a niveles globales con más de un millón de seguidores. Aquí otra lista con los sesenta más importantes influencers de arte, en la que veo, para mi gusto, demasiada gente blanca.
Debe haber mayor espacio de muestra, mayor comunicación y sobre todo, mayor oportunidad de parte de los que tienen los recursos. ¿Por qué no generar planes de negocio contractuales para artistas que cuenten con la ambición y el drive de ir a las grandes ligas en busca del éxito sostenido? Obras odría ser tan rentable como un negocio, dado que el precio promedio de una pieza de arte contemporáneo en Sotheby’s rebasa los seis millones de dólares y mucha obra que no llega a subasta lo intermedian por fuera en rangos que sobrepasan el millón de dólares. Es posible que el artista contemporáneo actual deba contar con talento de Marketing además del plástico. Quizás deba verse a la carrera del arte contemporáneo bajo la misma óptica que una de negocios. Esta misma recompensa actúa como arma de dos filos, por un lado, es la aspiración de muchos artistas que dedican sus esfuerzos a alcanzarla; pero también, es preciso el obstáculo para democratizar el arte y hacerlo accesible en precio y oferta a toda la gente. Me gusta la idea de la oferta anónima en subastas abiertas. Para artistas y galeristas sería un buen termómetro del dónde están situados y para el público, un buen momento para hacerse de una pieza de arte conectada al impulso que la hace bella a sus ojos. Hay demasiado potencial, me gustaría ver muchas historias de triunfo latino. Siempre es el momento, generemos la oportunidad.



